Sólo se conocen las cosas que se domestican -dijo el zorro-. Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Compran cosas hechas a los mercaderes. Pero como no existen mercaderes de amigos, los hombres ya no tienen amigos. Si quieres un amigo, ¡domestícame!
- ¿Qué hay que hacer? -dijo el principito.
- Hay que ser muy paciente -respondió el zorro-. Te sentarás al principio un poco lejos de mí, así, en la hierba. Te miraré de reojo y no dirás nada. La palabra es fuente de malentendidos. Pero, cada día, podrás sentarte un poco más cerca...
He aquí mi secreto: no se ve bien más que con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.
Hace 5 años.
5 comentarios:
Muchas gracias por pasar por mi blog. Allí es bienvenida cuantas veces quiera y si me permite yo haré lo mismo con el suyo...
Por el momento me sentaré aquí, un poco lejos. Y la miraré de reojo. Pero cada día que pase, me sentaré un poco más cerca...
Más que bienvenido Gibreel y míreme de reojo nomás, yo desde el otro rincón haré lo mismo.
Y a vos bipolaritú...qué decirte? Hace rato que nos estamos mirando de reojo ya...
Me hiciste recordar y releer un toco de cosas, Boni!
Gracias!
Patada al alma
No es gran cosa el librito, pero la frase y el autor están condenados al poster
Publicar un comentario