I love my job ( II )

Después de tanta cursileria y cosa abstracta, se viene el relato de lo concreto. Lo que en definitiva hace que no pese tanto levantarse a las 5:30 am everyday y sobretodo atender a tantos nabos que la empresa tiene como clientes y como personal de otros sectores. Lo que bien se podría denominar "ineficacia/inefectividad productiva" y que nos podría dejar, tranquilamente y de una manera más que legal, en la calle de un día para el otro. Lo que genera envidia al resto del personal por encontrarse incapaces de divertirse tanto durante una jornada laboral.
Ya ha sido mencionada la siesta diaria, pero cabe aclarar que esa siesta se extiende un par de horitas más (unas cuantas más) los días domingos que nos toca trabajar. Uno llega los domingos preparado para acostarse e insultar a quien se atreve a llamar de 7 a 12, procándole mínimamente un profundo e importante ardor de oídos.
No hay día que pase sin que hagamos bromas telefónicas. Y no se discrimina en absoluto, le puede tocar a cualquiera. Se baja el volumen de los teléfonos y de los handies, se hace silencio total y se pone en altavoz la conversación en curso que dura hasta que a alguien se le escapa la primer carcajada.
La música ocupa un lugar primordial en nuestras jornadas laborales. Se abarcan casi todos los generos. Obviamente el volumen no es el apropiado. Nuestro jefe totalmente resignado ya ni se gasta en pedirnos que nos ubiquemos y que no nos excedamos con los decibeles. Se acostumbró a escuchar "Qué tal?" o "Rasta mandita" o "La hija del fletero" a máximo volumen. Creo que hasta los clientes ya están resignados.
Otro hábito imposible de evitar es cambiarle la configuración de la máquina al fallado que tenemos como supervisor, que cuando llega y encuentra todo desconfigurado se queja de la misma manera todos los días culpando al turno noche de "no tener nada más importante que hacer carancho" (sic) ---> dice carancho todo el tiempo el deforme-.
También mechamos comentarios subliminales en las conversaciones con los clientes que cada vez son más evidentes y más graciosos.
Han entrado personas a la oficina y nos han encontrado arriba de los escritorios bailando, jugando con las luces, revoleándonos lapiceras/pelotas de papel/boligomas. Me he quedado dormida en el baño por tiempo indefinido. Han creado un arco y pateado penales. Hasta anduvimos en rollers.

Este trabajo es lo mejor. Y podría seguir escribiendo millones de anécdotas más pero creo que ya está dado el panorama de "trabajo".