Cómo extraño esos 15 días en enero juntas! Este año disfruté mucho mis vacaciones pero me faltó ese lapso en Santa Teresa, al borde de la muerte por risa aguda. Me faltó trepar y saltar por esa ventanita diminuta en la terraza, rasparme todas las rodillas para poder ver los amaneceres ya que no teníamos la llave de la puerta que permitiera un fácil acceso, encima sin hacer mucho ruido porque si nos agarraba Cacho (o "Pedazo", como tan benévolamente lo bautizamos) nos delataba con la administradora del dpto. Me faltó ganar el concurso "quién aguanta más sentada en el divan?" pasando horas y horas y horas sentadas encima de esos almohadones mullidos, me faltó arrastrarme, literalmente, hasta el baño para no tener que levantarme y caminar. Me faltó, además, el período de desnutrición por las no ganas colectivas de cocinar y para colmo después tener que lavar. Me faltó ese Pall Mall rustic de las 7 de la tarde en nuestra own terracita con vista al mar y con Bob Marley o The Doors sonando a todo volumen para desagrado total de la vecina hincha pelotas presente en todo dpto, apodada Heidi quien sabe por qué motivo. Me faltaron esos gritos pelados a "la hora del sonido" reclamando no cocinar con ajo en un edificio. Me faltó el revoleo de fosforitos al dpto de Heidi. Me faltó la confusión que le generabamos a nuestra vecinita de no más de 5 años, tocándonos y besándonos frente a ella hasta que salía la madre y nos hacíamos las ocupadas en alguna tarea inventada automáticamente. Me faltó el otro concurso anual, el de revolear Bombuchas al cartel de alquiler que estaba en la esquina. Me faltaron esos daiquiries y milk shakes que preparabamos a las 4 de la mañana, despertando así a Heidi, fastidiándola y asomándonos a la puerta de la cocina para escuchar como renegaba. Me faltó el "cómo? cómo?" y el "por qué siempre soy yo la que se tiene que bañar con agua fría?" de Vicky, los "regalitos" de Tamy, las carcajas de Flor, los abusos sexuales de Dani y el fastidio recurrente de Marian todas las fucking mañanas. Me faltó que el Comfer censurara practicamente todo para zafar de limpiar el baño el último día. Me faltó cambiar todas las noches el horario del despertador para evitar que Tamy venga a despertarnos para ir a la playa desde muy temprano, todavía no entiendo como hacía para estar siempre a las 10 levantada si yo programaba el despertador para que sonara a la 1. Me faltó despertarme abrazada a Flor y Flor abrazada a Vicky en esa cama que lo que menos tenía era 2 plazas, golpeándonos always, Vicky y yo, con las mesitas de luz pegadas a la cama. Me faltó el miedo que se apoderó de mí (y de vos también Vico) cuando Dani sacada y desorbitada le empezó a advertir a Tamy que no llorara. Me faltó que nos sorprendan Carlitos y Jony llegando con sus mochilas super grandes y super cargadas y propongan todas las noches guerra de "chochitos". Me faltó moretonearme en el Samba, y masoquisticamente volver y volver y volver. Me faltó el almuerzo forro, el intento de empanadas de humitas, hacernos las boludas con vicky para zafar el lavado post cena de vajilla, las salidas a la noche, las medialunas de las mañanas, "El arriero" de Divididos, las canciones de Xuxa, Tamy y sus contusiones cerebrales, Dani y el macramé las 24 horas del día, Marian y su agendita plasmando todo lo que iba aconteciendo para que quede registrado, las carreras con los changuitos de supermercado, las constantes practical jokes, mi pie en el balde con la poca sal que quedaba, Candela y su llamaraá y el "no me da la voz".
Este año me faltó integra esa quincena. Toda. Lo bueno es que sé que no se va a acabar y se va a repetir por los siglos de los siglos. Porque si bien me faltó ese tiempo compartido unicamente por nosotras, todo el día, todos los días, no me faltan ustedes. Están. Lo demás es puro detalle...
I love you guys!
Hace 3 meses.













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