domingo, abril 17, 2005

Ilusiones

El 6 de enero de 1990 a las 4 de la mañana murió mi primera ilusión. Yo había mandado la cartita a los reyes magos a la dirección que mi mamá y mi papá me habían dicho. Era algo así como nube 3, paraíso, sección de regalos para niños, me re acuerdo. Hasta esa fatídica madrugada todos los 6 de enero eran perfectos. Si pedía un Lady yo-yo, un osito cariñoso, o algún otro juguete aparecía mágicamente en el arbolito. Pero ese año, todo iba a terminar dramáticamente. Los reyes magos, como siempre, quisieron dejar los regalitos de mi hermano y mio en plena oscuridad, pero no contaban con que yo, tras tremendo bullicio, me iba a despertar para ver si podía conocer a los 3 reyes magos. Los reyes magos son los padres. Mini-me se dio cuenta a los 5 años de que ni el negro Baltazar, ni Melchor, ni Gaspar eran los que cargaban las bolsas con regalos. Deseperados, mis padres trataron de disimular semejante destape, inventado una historia que ni una niña de 5 años se come. Qué los reyes magos pasan volando y como les tienen que entregar los regalitos a todos los chicos del mundo tienen que hacer rápido, entonces le pidieron a todos los padres que cuando ellos tiren los regalos desde el cielo, los ubiquen junto a los zapatitos. Así que camellos voladores? Pero por favor! Igual durante la explicación, atropellada y medio patética, decidí aceptar la mentira, a sabiendas de la amarga verdad. Pensándolo bien, era divertido que se sigan levantando a la madrugada para sostener esa historia de los camellos voladores.
Y para qué entrar en el plano de las películas?. Fue LA desilusión enterarme de que Pipi Longstockings era una niñita actriz que no vivía sola en realidad y que no viajaba por el mundo con las monedas de oro que su padre le había dejado.
Son miles las roturas de ilusiones a las que uno se enfrenta en la vida. Sin embargo, tengo, todavía, la tendencia de creer, de insistir en la ilusión, no de sustentar un optimismo lelo con, por ejmplo, obviedades tales como "creo en la vida", sino de creer, todavía, en padres que intentan proteger a sus hijos de la crueldad de los reyes magos, esas personas malas que se llevan todos lo créditos cuando en realidad los que ponen el cash para los gifts son las familias, creer en que hay pipis longstockings que recorren el mundo con sus amigos, en que hay científicos que siguen apostando a vencer las enfermedades internados todo el día en un laboratorio destartalado, sin ningún tipo de ayuda del Estado. Creer en que siguen habiendo poetas capaces de crear soles, lunas, estrellas, sonrisas, o amigos que nunca te van a cagar, o gente dispuesta a ayudar al otro, o músicos que con una nota te erizan la piel.
Todo antes de que salga el sol y se den cuenta de que los reyes magos son los padres.

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