Eran alrededor de las 9:30 am, un compañero del work fue hasta la cocina a buscar las cosas para el mate. Después de un rato vuelve y tras una brillante actuación diciéndonos que odia que cada vez que prepara las cosas para el mate le pase lo mismo, que siempre se olvida de algo, y que esta vez se olvidó el termo, logra que me pare y me diriga hasta la cocina en busca del termo. Más miope que nunca, agarro el termo que había sido olvidado intencionalmente en la cocina y vuelvo a la oficina. Mis compañeros, mirándome fijo y en espera de escucharme decirles algo, se acuerdan de que lo que planearon estaba dirigido a la persona más despistada del mundo, entonces rápidamente empiezan a pensar en algún otro motivo para que yo vuelva a la cocina. Javi, que es el cebador oficial, vuelca agua sobre el escritorio y encarecidamente me pide que vaya a buscar servilletitas de papel porque él no podía ir ya que no tenía la corbata puesta. Sin mi mejor cara, accedo y como soy taaaan buena me vuelvo a dirigir hacia la cocina. Esta vez, y para mi total emoción y agrado, me doy cuenta de que del otro lado de la mesa, había unas rosas de un color indefinido pero hermosas (no sé si son salmón, amarrilas, naranja pastel, en fin...) con un cartelito que decía: "Naty: gracias por haber nacido hace 20 años, muy feliz cumpleaños. Te queremos mucho. Fabri, Javi, Mati, Ale, Bety y Tommy". Contenta volví hacía la office con el ramo y mis compañeros, por las dudas, por sí todavía no las había visto, habían hecho un cartel que casi retándome decía: "Las flores, Naty, las flores".
Y eso no era todo. Además de las flores, que me encantaron, me habían comprado el CD "Para los árboles" del flaco Spinetta.
La verdad, empecé de perlas mis cumpleaños. Y la iba a pasar aún mejor durante el resto del día. :-)
Hace 3 meses.













1 comentario:
largué una carcajada. No me preguntes como llegué a acá porque no sé.
Besos.
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