sábado, enero 22, 2005

La era de la idiotez

Celulares. Aparatos minúsculos estupidizantes, masivos, expansivos, contagiosos. Lejos quedaron aquellos bloques de 10 kilos y 50 centímetros de ancho y con antena rígida de 14 metros de largo. Ahora vienen en envase chico, de 70, 30 y hasta 5 gramos, multifunción, con luces de varios colores (la más bonita es la azul, by the way), con cámara de fotos, filmadora y multiprocesadora incluidas.

Me resulta tan fastidioso ver al 97 % de los transeúntes con sus miradas clavadas en su nuevo órgano vital, sin siquiera levantar la vista para ver si están por cruzar con la luz del semáforo en rojo; ansiosos, todos, por enviar su mensajito de texto, que según la compañia de telefonía celular, va a llegar con un delay de 1 hora y 55 minutos, provocando que el "ya estoy llegando" sirva para una próxima ocasión. Y qué de la contaminación sonora? Admito que me resulta simpático, de repente, escuchar "Another one bites the dust" de Queen en versión ringtone. Pero la mayoría de los soniditos son desquiciantes.

Ahora, el celular, es útil? Si, sin dudas. Puede llegar a ser verdaderamente útil. Pero es necesario?

No hay comentarios.: